Los niños son esponjas. Aprenden desde que se despiertan hasta que se acuestan absorbiendo todo: juegos, música, libros, televisión...y especialmente lo que hacen las personas que tienen a su alrededor. Por eso es fundamental que nuestro comportamiento sea coherente con lo que decimos o queremos que hagan nuestros hijos. La idea anterior se resume de forma muy sencilla en un texto de esos que circulan por Internet:
"Un padre le dijo a su hijo: ten cuidado por donde caminas.
Y su hijo le respondió: ten cuidado tú, recuerda que yo sigo tus pasos."
En cuanto a los libros, me gustan que contengan historias y valores. Hace unos días leí un artículo sobre la
Feria Internacional del Libro de Sharjah, (lo he buscado en Google y se trata de una ciudad costera de los Emiratos Árabes). En una de las sesiones de debate se pidió a los conferenciantes que dijeran cuáles eran los valores más importantes que los niños deberían encontrar en los libros. De todas las intervenciones, la que más aceptación tuvo fue la del autor Terence Blacker, quien citó estos siete:
- Libertad.
- Poder, ser conscientes de que pueden hacer cosas.
- Respeto por sí mismos, por quienes son.
- Sentido del humor.
- Amabilidad.
- Amor.
- Esperanza.
A la hora de comprar un libro o un cuento lo más cómodo puede ser ir a la sección de los más vendidos y coger el bestseller de moda, pero quizás deberíamos emplear algún tiempo extra en encontrar uno que fomente algunos o muchos de los valores anteriores.
